El Cementerio General de la ciudad de San José fue creado en 1845. Patrimonialmente, este camposanto es el más grande y valioso del país, por lo que fue declarado patrimonio histórico arquitectónico nacional el 19 de julio del 2000, por el Centro de Investigación y Conservación del Patrimonio Cultural (CICOPAC), del Ministerio de Cultura y Juventud.
El 27 de junio del 1845, el expresidente José María Castro Madriz presentó la propuesta para crear un hospital general bajo la denominación de San Juan de Dios y su respectivo cementerio. Este hecho histórico dio inicio a dos grandes instituciones en Costa Rica: el Hospital San Juan de Dios y el Cementerio General de San José. Por lo tanto, se designa la Junta de Caridad (hoy conocida como Junta de Protección Social) para que administrara ambas instituciones. El 29 de octubre de 1845 se nombró la primera Junta de Caridad, la cual estableció brillantemente la creación de una lotería mensual para sostener ambas instituciones.
Posteriormente, en 1846, la Junta compró un terreno de aproximadamente tres manzanas, donde actualmente se encuentra el Hospital San Juan de Dios, al sur de este centro médico se encontraba inicialmente el cementerio. No obstante, por altos niveles de humedad que generaba el cementerio al sur del hospital, en 1856 (durante el gobierno de Juan Rafael Mora Porras) se decide trasladar el cementerio más alejado, hacia el oeste de la ciudad de San José; donde actualmente se encuentra el Cementerio General, frente a la avenida 10 entre calles 22 y 24.
Con la modalidad de cementerio moderno a partir de marzo 1977 la directiva de la Junta de Protección Social inicia las gestiones para la construcción de un nuevo cementerio que solventará las necesidades de la población ya que el Cementerio General era ya insuficiente en ese sentido.
El 18 febrero de 1981 se aprueba su construcción en tres etapas.
El 31 de enero de 1985 se realiza la entrega formal a la JPS de la obra que hoy conocemos como Cementerio Metropolitano ubicado en Pavas.
En el Cementerio General cuenta con bóvedas entre las que destacan importantes científicos, educadores, políticos, arquitectos, ciudadanos ilustres, escritores, músicos, compositores, pintores y escultores. Algunos ejemplos son los siguientes: